La montura para el IM Niza

Dicen que las "cabras" tiran para el monte, no? Pues para este año he decidido acudir al Ironman de Niza con la mía. Sí, sé que no es lo más habitual llevar un cabra a un Ironman con un circuito de bici exigente por su desnivel como es el de Niza, y además pocas se ven allí, pero ha sido una decisión premeditada, con sus pros y sus contras.
En cuanto a inconvenientes, el hecho de no llevar un plato Compact (50x34), sino un 53x39 (y 12x25 en los piñones), hará que en algún momento eche de menos ese desarrollo más corto si quiero "soltar" algo las piernas en alguna de las subidas, como en el Col de Vencé, con sus 21 kms de longitud. Además, la geometría de una bici de contrareloj tampoco se adapta a la perfección a tanta montaña como una de ruta, y esto sobretodo lo noto bajando más que subiendo, ya que el control en las curvas es mucho más complicado con el manillar aero y la posición que adopta el cuerpo sobre la bici.
Podría decir que hasta aquí son los "contras", quedando la balanza mucho más desequilibrada a favor de los "pros".
Hace dos años, cuando participé por primera vez en Niza, llevé la de ruta, que hasta el momento era la única bici de carretera que tenía. A pesar de ser un "hierro" (Orbea Marmolada) y unos 11 kgs de peso con los acoples y bidones, completé, a mi parecer, un buen recorrido ciclista (5h34') sin estar al mismo nivel que tengo ahora, con muchos más kilómetros y experiencia acumulada. Teniendo en cuenta que de peso corporal llegaré más o menos igual (unos 65 kg), pero que llevaré la Orbea Ora, que pesa 2 kgs menos que la de ruta, tengo esperanzas en hacer un tiempo algo mejor, o por lo menos similar pero llegando más descansado al final de los 180 kms. Subiendo con la de contrareloj no noto que penalizo tanto, y me he acostumbrado a entrenar con ella en salidas con diferentes desniveles, por lo que creo que no se me quedará tan corto el 53x39 como a priori podría parecer. Ciertamente, el tiempo que se va acoplado en Niza no creo que supere el 30-40% de la prueba, pero de todas formas me noto cómodo pedaleando agarrado a los extremos del manillar de crono. Además, recuerdo que hace dos años los últimos 15 kms del recorrido (desde las montañas hacía el mar) eran llanos y con viento en contra (en casi todas las ediciones se cumple el mismo patrón) y eché de menos una buena posición aero, que no me ofrecía la de ruta pese a llevar acoples largos. Inconveniente que espero solventar este año con la cabra.
De momento toca seguir sumando kms y preparándome para la próxima prueba, el Half Challenge Barcelona.