El pasado 7 de abril, Día Mundial de la Salud, organizamos en Áccura una conferencia para explicar las múltiples conexiones que existen entre el deporte y las emociones. A continuación os pongo un breve resúmen, elaborado por Núria Rivas, responsable de comunicación del grupo Áccura.
Las emociones se contagian. Gracias a las llamadas "neuronas espejo" tenemos la habilidad de incorporar en nosotros mismos estados emocionales al ver que otras personas manifiestan esas emociones. Si vemos con frecuencia otra gente que sonríe, tenemos tendencia a sentirnos felices nosotros también. Si estamos con gente que realiza deporte y se supera cada día, parte de este espíritu se nos contagia.
La práctica regular de ejercicio físico genera placer para nuestra mente. Esta conducta se ve reforzada y se replica una y otra vez hasta formar parte de nuestra vida cotidiana. Las personas que realizan deporte de forma habitual saben que su práctica a largo plazo es excepcionalmente beneficiosa para el desarrollo harmónico del individuo.
Uno de los aspectos más positivos que ligan el deporte a las emociones es aquello que nos impulsa al movimiento: la motivación, que va siempre relacionada con la personalidad de cada uno. El autoconocimiento es muy importante para fijarnos unas buenas metas: conocer en qué punto nos encontramos a nivel físico, mental y emocional nos permite proyectarnos hacia donde queremos llegar. La siguiente fase consiste en aplicar valores como el trabajo, la constancia, la disciplina o la flexibilidad y así alcanzaremos nuestras metas.
Hoy es
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1 comentario:
Totalmente de acuerdo con Núria..!! Los maratonianos desarrolamos mucjhas neuronas "espejo"... je, je..
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