Como lo hecho de menos...

La ausencia de las zancadas está dejando huella en mí, minándome poco a poco la moral. Sí, como se dice en estos casos, los que practicamos triatlón tenemos la opción de seguir nadando o entrenando en bici, pero no es lo mismo. Dos semanas sin correr ya se me están haciendo eternas, y más sabiendo que en febrero está la media maratón de Gavá-Castelldefels y en marzo la maratón de Barcelona. Puede que haya notado mejorías durante estos últimos días, pero la incapacidad de correr sigue ahí. Cada zancada que intento dar de forma "clandestina", bien en el pasillo de casa, bien en el mismo gym, se transforma en una punzada de dolor en la zona del tobillo y la tíbia derecha. Eso sí, no pierdo la esperanza, mañana tras mañana, que al poner el pie en el suelo después de despertarme, el dolor vaya remitiendo y, por qué no, que desaparezca de una puñetera vez. Sería un buen regalo de Reyes.

PD: Este domingo, 2 sesiones de spinning (1h30 a una FC media del 75%) y 1000 metros de natación (500 crol y 500 crol con manoplas y pull).