Viernes 24 de abril. Ya se respira ambiente trail por Garraf y especialmente en Begues. Al mediodía nos citan a unos cuantos corredores para entrevistarnos y poder incluirnos en el vídeo del evento. En mi caso voy junto a Djanina, Xènia, Annie y Terry Conway. Excelentes personas y muy buenos corredores.
Sábado
25 de abril. Todo listo para dar una "vuelta" por el patio de casa en
el que suelo entrenar. Al igual que la edición del año pasado, me decanto por
la Long Trail BCN (70 kms y 2750m+), ya que al haber hecho en febrero la
Ultratrail del Montnegre-Corredor no me quería cargar de muchos más kilómetros
las piernas haciendo la Ultra Trail BCN (100 kms y 4500m+), y más sabiendo que
todavía este año tengo pendiente dos ultras más.
Aparentemente
las sensaciones físicas son buenas, los entrenamientos los he ido completando
bastante bien y afrontaba esta carrera con muchas ganas e ilusión por hacerlo
bien y así seguir sumando puntos para la Catalonia Ultra Cup.
Con el
pistoletazo de salida a las 8:00am desde el centro de Begues, salimos en cabeza
un grupo de unos 8 corredores, encarando la pista que sube hacia les Agulles,
en el km 4. Allí ya hemos roto un poco el grupo y tras un rápido y técnico
descenso hacia la Clota (km 5), cogemos el sendero que nos llevaría hacia el
inicio de la subida a la Morella (km 9), que la coronamos llevando 46 minutos de carrera. Al imponer un ritmo
alto mientras nos íbamos intercambiando posiciones en cabeza, al llegar a este
punto nos quedamos ya solo un cuarteto formado por Óscar Luque, Isaac Torija,
otro corredor y yo, manteniéndonos juntos hasta llegar al primer
avituallamiento, el de les Burigues (km 15), aventajando en 2 minutos a nuestros inmediatos perseguidores.

Hasta
aquí todo iba genial. Buen ritmo de carrera, quizá un poco alto, consciente de
que tarde o temprano lo tendría que bajar , pero nada más fuera de lo habitual.
Tras una subida un tanto exigente, Óscar decide cambiar un poco el ritmo y
subir otra marcha, dando muestras del excelente estado de forma en el que se
encuentra y el gran nivel que tiene, siendo acompañado por el otro corredor,
mientras que Isaac y yo nos quedamos unos metros descolgados. Al poco rato
intento forzar un poco para que no se nos escapen demasiado y empiezo a notar
amagos de calambres en las piernas. Ufff, y no llevaba ni 20 kms de carrera! Me
supera Isaac con su buena técnica en bajada, encarando el descenso hacia Corral
Nou, y me dice que le siga, pero ya veo
que va a ser imposible. Las piernas no me responden como desearía y los
adductores empiezan a cargarse. Hasta aquí, km 20 aproximadamente, acaba mi
ultra en "modo competitivo" y empieza mi ultra en "modo
supervivencia". Toca hacerse duro de coco y resistir las embestidas que me
iban a llegar, que ya me las veía venir, e intentar mantener una buena posición
en carrera.

Junto a Isaac Torija, sobre el km 16, ocupando en ese momento la 3ª posición, y a pocos minutos de que comenzaran mis problemas musculares.
Muchas
veces los planes no salen como uno desea y hoy era el día. En principio, pese a
hidratarme correctamente con sales (sodio, magnesio, potasio,...) y agua... y
comer cuando tocaba, la elevada humedad ese día en el Garraf hicieron estragos
en mí (y en muchos otros corredores).
Llegado
al segundo avituallamiento, ya en solitario, en 5ª posición, y en tierra de
nadie (los cuatro primeros habían abierto un hueco de varios minutos, pero por
detrás venían, de menos a más, gente muy fuerte como Sergio Montes , a la postre,
vencedor de la carrera), encaro la riera hacia Vallgrassa con la posterior dura
y muy exigente subida hacia el Pla de Querol y sus simpáticas piedras
"garrafencas" que te destrozan la planta del pie. El ritmo aquí ya lo
he tenido que bajar mucho para ir gestionando los calambres musculares sin
tener que pararme a caminar.
Por fin
acabo la tortura del Pla de Querol y ahora toca un largo tramo de asfalto en
bajada, desviándonos luego por el sendero GR-92 que nos dejaría en el tercer
avitullamiento a pie de playa del pueblo de Garraf (km 33). Un par de minutos
parado allí para beber, comer y rellenar depósitos, mientras me encontraba en 7a
posición (ya había perdido un par de posiciones entre el anterior
avituallamiento y este).
Salgo
de la playa de Garraf y me dirijo de nuevo hacia las montañas por el GR-92 en
dirección a Can Lluçà, con un tramo de fuerte pendiente al principio, hasta
pasar por el Castellet de Garraf, y después algo más mantenido hasta llegar a
Can Lluçà, pero a falta de menos de un kilómetro para alcanzar ese punto, justo
cuando estaba adelantando a un grupito de corredores que hacían la Ultra de
100kms, un pequeño salto hacia una roca para superarlos hace que me quede
totalmente contracturado de piernas. Imposible moverme, imposible estirar... Me
tumbo en el suelo, estirado, intento relajarme, respirando pausadamente y
parece ser que tras unos minutos, que se me hacen eternos, los calambres se
minimizan y puedo continuar la marcha caminando inicialmente y luego trotando,
pero ya muy tocado física y moralmente.
En ese
punto vi más claro todavía que esa mañana sería un día muy duro en la
"oficina".
El
siguiente avituallamiento y punto de control estaba en la espectacular Ermita
de la Trinitat, en el km 46, a la que accedíamos por una subida bastante
entretenida en continuo zig-zag. Allí, tras los 3 minutos de parada obligatoria
y alguno más que me regalé para recuperarme un poco, atacamos los últimos 25
kms en los cuales todavía teníamos que superar unos 1000m de desnivel positivo,
con el plato fuerte del ascenso a la Mola, en Olesa de Bonesvalls. Pero antes
de llegar ahí, lejos de recuperarme, los calambres musculares, sobretodo en los
gemelos, en los psoas y en los dorsales, se acentuaron e hicieron incluso que
en muchos tramos ya ni en bajada pudiera correr.
Cuando
llegaban tramos técnicos con mucha piedra y roca, no tenía otra opción que
caminar, ya que levantar las piernas para no tropezarme corriendo se me hacía
prácticamente imposible.
Antes
de iniciar el ascenso a la Mola, me tomo un par de minutos de descanso en el
penúltimo avituallamiento. El cuerpo y las piernas me lo pedían. Al salir de él
puedo correr un buen rato, por la pista que nos llevaba al inicio de la subida
a este pico, pero solo fue un espejismo, ya que de nuevo los calambres
aparecieron.
Me tomo
la subida con calma y la bajada como un auténtico calvario. Un descenso muy
técnico en el que debido a mi estado prácticamente no podía correr, así que a
caminar tocaba y ahí también fuí superado por un par más de corredores.
Tras el
último avituallamiento, en Can Grau, ya "solo" quedaban 5 kms hasta
meta, todos por pista, con tendencia a bajar, para ir aproximándonos de nuevo a
Begues. Se me hicieron eternos! Sin poder apenas alargar zancada, y parándome a
estirar y caminar continuamente.
Finalmente,
y tras mucho sufrimiento físico, encaro la línea de meta en la Rambla de Begues
y la cruzo en 8h05' (más de una hora por encima de lo previsto, y 15 minutos
más que el año pasado), ocupando la 13ª posición en la clasificación final.
Tras cruzar la meta, con la cara desencajada después de tanto sufrimiento. Eso sí, la sonrisa no la pierdo, ya que estoy haciendo lo que más me gusta.
Ahora
toca analizar todos los factores que provocaron este probable desequilibrio en
los electrolitos y minerales que me ocasionaron tantos calambres musculares.
Como dato curioso, seguí la exactamente la misma pauta que en la Ultra del
Montnegre-Corredor, en donde no tuve ni un solo problema físico en los 105 kms
de carrera. Eso sí, allí estábamos a unos 5º de temperatura y con poca humedad,
mientras que este sábado en Garraf la temperatura media estaba en unos 17º y
hacía mucha humedad.
Nada
más, solo me queda felicitar y dar la enhorabuena a toda la organización y
voluntarios de la UTBCN, que celebraba su 5ª edición, ya que una vez más han
demostrado que viven con pasión esto y nos lo contagian al resto de corredores.
Clasificaciones: http://www.runedia.com/cursa/20153195/ltbcn-long-trail-de-barcelona/2015/